(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

Jun 6, 2010

Viaje al sur

Apenas Mañuco termina de pagar el peaje en Lomo de Corvina enrumba hacia Cañete maquinando sobre la posibilidad de encontrar y recoger una ventiañera que alegre su mañana. Deliciosas mocosas con diminutos shorts que dejan a vista de todos la redondez de sus exquisitos culos a diario tiran dedo ahí, en trayecto hacia su playa preferida estas atrevidas adolescentes que también usan polos ceñidos al cuerpo para pronunciar sus juveniles y relucientes pechos esperan que alguien las levante y lleve o acerque a su destino; son estas deliciosas chiquillas quienes cada día ocupan los bordes de la carretera y tientan sin pudor con las delineadas figuras que obsequía su corta edad, quienes presumen con sus bronceadas epidermis forjadas a costa de prolongadas sesiones de dulce pereza bajo el abrasivo sol de nuestro verano, aquel que embellece aún más sus exquisitos cuerpos.

Lima tiende a disfrutar del sol de la temporada estival en los balnearios del sur, en toda la ruta se suceden ensenadas, bahías o playas repletas de casas, todas en color blanco preceden y resaltan sobre un refrescante fondo azulado que brinda el mar de nuestro litoral. Mientras el calor arrecia sobre el asfalto jóvenes semidesnudos beben y se divierten al borde de la pista a la espera de un conductor que los lleve o acerque a su playa preferida. Mañuco se dirige a la provincia sureña para comprar un terreno agrícola donde piensa desarrollar un proyecto comercial, mientras recorre por la carretera observa con marcada espectativa el borde de la pista, quiere cumplir su relamido pensamiento.

Cerca a las ruinas de Pachacamác divisa un numeroso grupo de muchachos pero ni intenta detenerse, la cantidad de jóvenes, sus fachas y aparente edad no le convence, al pasar ignora las señales que hacen los chicos pero observa de reojo y confirma lo que percibió de lejos.

En el ingreso a Punta Rocas hay dos "surferitas", chiquillas de largas piernas, blondas doradas y tostada piel, superan con creces la espectativa inicial. Sobrepara con la intención de recogerlas pero a pesar de las bruscas maniobras que hace con la camioneta ni se dan por enteradas, finalmente se detiene junto a las chicas, "gracias pero nos quedamos por acá nomas" dice y sentencia una de ellas. Confundido como amargo arranca acelerando a fondo, refunfuñando hace patinar las llantas posteriores, sigue acelerando para levantar el polvo asentado al borde de la pista.

La punta de su lengua recorre desde los dedos del pie hasta la frondosa vagina que ella no recorta, con su viperina lengua lame lentamente cada parte de la extremidad, dedos, talón y pantorrilla; empeine y rodilla; va rozando el muslo con cada lado de su lengua, sube con notoria minuciocidad hasta llegar a la entrepierna, con el músculo bucal penetra la humeda y peluda vulva mientras sacude la cara sobre un inflamado clítoris escondido en una maraña de pendejos. Aún soñando con las gringuitas de Punta Rocas Mañuco es atendido por Rosina, joven putita del burdel a la entrada de Cañete.

3 comments:

"MI CASA ES UN HOSTAL"(Pibot) said...

Hola, que buen final, muy realista, asi pasa, uno se alucina y tiene grandes expectativas! Y AL FINAl todo le sale mal asi q termina en un puterio o burdel jaja, saludos! postea mas seguido!

Carlos Caillaux said...
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Carlos Caillaux said...

Asi como existen los finales que mencionas otras veces son superlativos.