(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

Feb 10, 2006

Era una excusa

Cada mañana despierta con una poderosa erección, sentir el pene duro, a punto de explotar, aprisionado entre su laxado cuerpo y el mullido colchón del dormitorio aviva su libido y estimula carnales apetitos. Roberto de inmediato salta del lecho, su esposa siente el brusco movimiento e igualmente despierta, al observarlo con la “herramienta” lista para la acción extiende toda su humanidad, brazos y piernas se flexionan o estiran, los músculos reinician sus movimientos después de un prolongado descanso, retira la sabana y descubre su cuerpo, muestra su armonía e intención animal, Roció esta dispuesta y lo expresa. El tiene otro propósito, quiere evitar hacerlo con ella, a pesar de ser una mujer atractiva, joven e intensa en las artes de la copulación busca alguna excusa, aduce con naturalidad que le disgusta copular a esa hora, las diferentes cremas o productos de belleza que Rocío utiliza al acostarse, persisten en su cuerpo al despertar, dice sentir desagrado al saborear los residuos de las cremas sobre su rostro, senos o vientre. ella ofrece ducharse en contados segundos pero Roberto argumenta que debe salir sin demora, la joven mujer acepta amorosamente y compromete a su esposo hacerlo cuando regrese en la noche.

Es una excusa, Roberto disfruta de una lujuriosa aventura sexual con una vecina y hoy acordó verla, se reúnen muy temprano dos o tres veces por semana, tienen relaciones y luego cada uno continua su habitual rutina. Todo empezó hace dos semanas, se mudó a escasas tres puertas de su domicilio una hermosa morena, alta, de color ébano, facciones finas y excelente cuerpo, como esculpido para fornicar. Senos grandes, firmes y desvergonzados, el escote que suele mostrar los destaca, esos prominentes pechos parecieran desafiar a quién se cruce con ella, su diminuta cintura acompaña una exquisita cadera que enmarca dos soberbias nalgas, redondas, duras y prominentes, los pantalones ajustados que acostumbra ponerse resaltan un magnífico trasero que derrocha lisura así como unas largas y estilizadas piernas, es de rostro fino y mirada angelical, solo queda mencionar el encanto que irradia, es de personalidad extrovertida, cualidad amistosa y porte elegante pero sobre todo “sexy”, por si fuera poco, en la cama inagotable.

La observa por vez primera durante su mudanza, ese mismo día tiene otra oportunidad de verla, cruzan miradas en el autoservicio de la vecindad, Roberto le obsequia una sonrisa que es retribuida con un coqueto mohín, la simpatía era reciproca, una vez mas se encuentran a la salida del establecimiento comercial, entonces él se acerca con suma galantería, halaga su belleza, afirma estar encantado con ella, procura saber su nombre y ofrece llevarla en su automóvil. Todo lo hizo tan rápido que Marilú, así se llamaba esta preciosa morena de treinta y cinco años, solo pudo ceder ante los requerimientos de Roberto, además el atractivo y atlético hombre que tenía enfrente le gusto desde el momento que se vieron, el espíritu ardiente y latino de esta hembra se enciende cuando la corteja un astuto seductor.

El culto al cuerpo de Roberto es casi místico, dedica de tres a cinco horas por día a mantener y mejorar cada recodo de su organismo, es conciente que el gimnasio es una pasión que ocasionalmente lo premia con aventuras como esta, las cuatro décadas que lleva sobre los hombros junto al espléndido cuerpo que construyo en varios años le da algunas ventajas. Camino a su vecindario conversan en el auto, ella siente la “química” que existe entre ambos, congeniaron con mucha rapidez, tienen una conversación alegre, amena y comparten puntos de vista en los temas tratados, conforme avanzan Marilú corrobora que sus ideas y pensamientos se fusionan, le gusta este hombre y rechaza perderlo.

Al llegar al domicilio ella ofrece mostrarle su nueva casa, apenas ingresan lo toma de la mano, acerca su cuerpo y rodea con los brazos a este macho que tanta atracción le causó, Roberto de inmediato entiende las intenciones de Marilú, empieza a besarla con sutileza, al mismo tiempo con sus manos empieza a recorrer su cuerpo, baja por el torso, la toma con las dos manos por la cintura, ajusta y acerca los dos cuerpos, está sintiendo una erección y quiere que Marilú también la perciba, ella acepta el acercamiento, cuando siente el pene de Roberto que empuja y trata de salir, profiere un suspiro, por estar ambos besándose la espiración se ahoga en la boca de Roberto, él sigue utilizando sus manos, con las palmas abiertas delinea sus nalgas, las envuelve y aprieta con ímpetu, usando las nalgas como apoyo levanta el cuerpo de Marilú, ella siente con mas presión el pene de Roberto, de inmediato deja de besarlo y entierra su cara en el varonil cuello de su casual pareja, entre gemidos, lamidas y exhalaciones laxa el cuerpo y separa su rostro, él se complace cuando observa la respingada nariz de Marilú resoplando, sus ojos entreabiertos con expresión de lujuria y una voz sensual que suavemente le pide ir al dormitorio, Roberto sonríe y en silencio se deja llevar, con una delicada sonrisa dibujada en su rostro ella se disculpa por el desorden de la mudanza, va por delante, lo lleva tomado de la mano, en puntas de pie se contonea con agilidad y estilo, él siente que esta mujer es un volcán.

Saca algunas cajas y ropa puesta sobre la cama, deja espacio libre y ofrece desvestirse, él mira con lasciva curiosidad y guarda silencio. Marilú desabotona la blusa y la retira abriendo los brazos, al soltar el broche del sostén surgen dos espléndidos senos que impulsan a Roberto acercarse para tocarlos, estira sus manos, ella agradece con un besito volado que traslada en las yemas de sus dedos, Roberto recibe con las manos estos tremendos pechos, los lleva hacia su boca y saliva dos pezones oscuros, grandes y erectos, luego recorre con la boca la inmensidad de estas suculentas tetas, se deleita por un rato, ella goza y disfruta tomando la cabeza de Roberto siguiendo sus meneos, él baja su cara hasta el vientre y juguetea un momento con el ombligo, usa la punta de la lengua mientras sus manos bajan el pantalón de Marilú, ella recostada en la cama se recrea con movimientos delicados ayudando a retirar el pantalón. Un momento después ella se sienta, detiene a Roberto y comienza a desvestirlo, le saca la camisa, sigue con su pantalón y termina con el “boxer”, es la primera oportunidad de mirar desnudo a este macho que estrena su nuevo domicilio, quiere tocar el enorme pene de este hombre, se sorprende y distrae con el bello cuerpo de Roberto, musculoso, sin grasa y bronceado, de inmediato retoma la iniciativa, se zambulle entre sus piernas, con su lengua besa los velludos muslos de Roberto mientras sus manos le oprimen la verga, luego su boca llega hasta el pene y empieza una mamada increíble, empieza por el glande, baja hasta el escroto, sube nuevamente y repite lo hecho varias veces, acto seguido lo introduce en su boca, se lo traga completo, metiendo y sacando la boca juega con la lengua, continua por un rato atendiendo este durísimo pene, Marilú disfruta la chupada, golpea con el pene su mejilla, lo masturba, es una fiera que no para, Roberto solo reposa gozando en la cama, la mira y siente la necesidad de penetrarla, esta muy arrecho y quiere sentir a esta morena cabalgando sobre él, toma su cabeza y le indica que se monte, de inmediato ella acepta, se levanta, pone sus rodillas a cada lado de la cintura del macho a su lado y acomoda el pene para metérselo, entra con mucha facilidad, esta totalmente lubricada por los fluidos que ya segregó, sentir este tremendo pene dentro de ella la hizo gozar con lujuria y muchas expresiones de placer invaden el dormitorio. Ella pedía mas y Roberto no desatendía su solicitud. Pasaban los minutos y ninguno de los dos se rendía, ella exigía y Roberto no paraba, cambiaron de colocación, ella se puso en la posición del perrito, Roberto por atrás la penetró, estuvieron un rato hasta que ella le pidió casi con clemencia se lo haga por el ano, él con su mano lubrico el redondo y hambriento orificio, introdujo la punta primero y luego de un solo empujón arrimo el resto, un grito de placer que pudo escucharse hasta la calle invadió el ambiente, estaban calientes a mas no poder y en un vaivén copulatorio espectacular, con el pene en su ojete Marilú siente que se le viene el orgasmo, lo comunica entre gemidos y gritos a Roberto que también estaba por eyacular, no quieren terminar aún, cambian otra vez de posición, ella se echa en la cama y levanta sus piernas hacia los hombros de Roberto, él cruza los pies de ella arriba, los toma con una mano mientras la otra pellizca un pezón, la penetra, se reinicia el movimiento de oscilación y sacudidas, juntos se complacen, un momento después entre gemidos, suspiros y espasmos coordinados ambos se vacean juntos.

Esa fue la primera experiencia, la que por mutuo acuerdo repiten cada dos o tres días, en la cama ambos se sienten muy bien, disfrutan mucho y lo comentan, pareciera que encontraron su otra mitad ideal para tener sexo.

1 comment:

perrosyperros said...

me parece que es una buena historia, pero necesita una edicion, tiene muchos errores de sintaxis, y el final dbiera ser almo asi como, esto esta fue la primera relacion de estos dos personajes y por eso en la mañana de hoy un cuerpo quedo con ganas de Roberto y esperando que sea la noche.
Me gusta mucho la historia, mi blog es bajolamanga.wordpress.com miralo, son istorias peiodisticas.