(Disculpandome por los horrores gramaticales propios de un aprendiz de escribidor)

Jan 30, 2006

Fantasía pendiente

Estela salió a comprar una minifalda plisada, esas que están de moda este verano, piensa usarla en el periplo nocturno que planeamos para hoy, mientras aprovecho el tiempo libre para tomar una siesta, quiero responder de manera satisfactoria a las demandas previstas para esta noche. Saldremos a recorrer discotecas de moda, localizar una chica bi que se una a nosotros y cristalizar una fantasía que persigo por algunos meses, persuadir a mi mujer no fue sencillo, aún cuando ya hemos tenido resultados esplendentes en relaciones HMH, la combinación MHM genera reparos en Estela, sobre todo por la necesidad de hacerlo con una desconocida. En mas de una oportunidad, de manera individual o como pareja hemos intentado realizar esta fantasía con alguna amiga sin obtener hasta ahora ningún resultado positivo. Tengo mucha ilusión y entusiasmo para este día, espero, esperamos concretar nuestra idea pero no es una fijación obsesiva ni meta definida, somos muy versátiles y tenemos claro que salimos a pasar buenos momentos, sabemos evaluar las alternativas, corregir el destino y gozar la noche en vez de pasar momentos desagradables por una frustración.

Termino de bañarme y me visto con suma tranquilidad, Estela recién entra a la ducha, como muchas mujeres le toma tiempo acicalarse, pasa unos veinte minutos dentro del baño, al abrir la puerta, una nube de vapor acompaña el estupendo cuerpo desnudo que asoma, no es muy alta pero su figura atlética y constitución femenina es excitante, rostro juvenil, cabello largo ondulado, sin maquillaje parece una adolescente, cuello corto, hombros rectos, la musculatura de sus brazos ligeramente formados le dan una apariencia deliciosa, hermosos pechos coronados por insolentes pezones que apuntan al cielo, cintura chica y vientre plano donde resalta un redondo ombliguito, la zona pubica afeitada casi a ras, sus caderas redondas contienen dos nalgas firmes, casi musculosas por la practica aeróbica que practica cada día, piernas torneadas, muy femeninas y como base unos diminutos pies que sostienen toda su belleza, la conjugación de todas sus partes hacen un todo que me apasiona, si agregamos su inquieta y encantadora personalidad resulta una hembra que se distingue y llama la atención de inmediato. Me dan ganas de tocarla, de montarme sobre ella, así recién bañadita con su cabello aún mojado, pero con un gesto de su rostro me detiene mostrando el reloj de pared que indica las diez y cuarto.

Escoge una tanga hilo dental rosa, el color claro de la prenda trasluce su escaso vello pubico, en la cama hay mas de siete distintos colores pero Estela aduce que la seleccionada combina con la nueva mini, saca del closet una blusa de seda adornada con flores estampadas en tonos azules y verdes, la amarra coquetamente debajo de los senos mostrando el vientre, no usa sostén pero al estar recogida la blusa se disimula la visión de sus pechos, se pone la mini, le cubre escasamente el culo, está para levantar tempestades, le menciono la necesidad de concentrarse en el plan inicial ya que habrán demasiados hombres embelesados con su atuendo y presunción. Termina de vestirse, se sienta en su tocador donde aplica a su rostro maquillaje muy sutil, tiene la intención de ofrecer una imagen juvenil y desinhibida.

Salimos poco antes de las once de la noche, nuestra primera parada es en el Bohemia del Ovalo Gutierrez, le tiene predilección a este establecimiento, subimos a la barra del segundo piso, pido un pisco sour y una piña colada para ella, conversamos con el barman por unos minutos hasta que “pica” la primera candidata, es una chica acompañada de un atlético muchachón, al momento nos damos cuenta que no es lo que intuimos, son una pareja de impulsadores de una conocida marca de cigarrillos, hemos llamado su atención, nos ofrecen un juego, si ganamos nos regalan un encendedor “Zipo” con el logotipo de la marca que promocionan, aún estoy ecuánime y resulta sencillo cumplir el reto, tenemos entonces un encendedor así como el primer desliz. Nos quedamos un rato mas, cancelamos y salimos, todos en este bar se encuentran en pareja o grupos, a esta hora los únicos individuos que andan solos son jóvenes en busca de aventuras.

Tomamos un taxi y nos enrumbamos a Larcomar, centro comercial en los acantilados de la ciudad frente al mar de Miraflores, al llegar nos cruzamos con mucha gente joven, nos dirigimos a la discoteca Aura, “point” obligado, la cantidad de gente en el lugar nos obliga a pedir de pie nuestros tragos esperando se desocupe algún lugar en la barra, a pesar de ser recién media noche, el sitio está lleno, la juventud que observamos al llegar se repite dentro del local, hay muchas chicas solas o en pequeños grupos, eso estimula nuestra intención u objetivo. La música incita a moverse, al principio lo hacemos junto a la barra, luego nos desplazamos hacia la pista de baile, ahí el ambiente es vibrante, lleno de alegría pero también algo lujurioso, se percibe el humor corporal de quienes bailan, es excitante como sórdido, numerosas chicas totalmente desinhibidas bailan solas, realizan insinuantes movimientos al ritmo de Black Eye Peas, advertimos la adrenalina que fluye en el ambiente y nos contagiamos, es una fusión que permite sentirnos casi adolescentes, miramos para escoger sin encontrar alguna chica apropiada, como la música no se detiene unos minutos después regresamos a la barra, en el trayecto Estela tropieza con una chiquilla un tanto mareada e inician una conversación, aprovecho para ingresar al baño, cuando regreso a nuestra ubicación encuentro a Estela con la misma mujer, sentadas conversan animadamente, me presenta e indica su disposición de acompañarnos pero espera una amiga, recién a las tres de la madrugada estará disponible. Su nombre es Claudia, bellísima, tiene alrededor de veinte años, melena azabache hasta la cintura, caderas en forma de pera y un rígido vientre plano, sonrisa seductora y actitud femenina. Iniciamos una conversación trivial, divertida y con bastante fluidez, congeniamos rápidamente.

En vista que no estoy dispuesto a depender de otras personas al rato propongo establezca contacto con su amiga, se disculpe e irnos, en su ligera embriaguez me mira, sonríe y acepta con un sonoro Ok, mis ojos se iluminan, la alegría que demuestro es evidente, Claudia, se acerca a mi oído, en voz baja dice: tu mujer es deliciosa, los vi desde que llegaron y seguí sus movimientos, cuando la vi bailar me decidí, yo provoque el encuentro, mi intención inicial fue irme con ella pero me has gustado, eres agradable, atento y presumo viril, acepto irme con los dos. Me sorprendí, la firmeza de su decisión, la rapidez en hacerlo así como la independencia expuesta me hizo notar la madurez y liberalidad de esta chica

Al salir del centro comercial recién pude apreciar con detalle la singular belleza de esta “muñeca” que nos acompaña, es de tamaño semejante a Estela, verlas caminando juntas delante mío es un deleite, el vaivén de sus caderas junto a las melenas que baten al compás del viento provoca estragos entre los transeúntes, jóvenes, adultos, hombres o mujeres voltean atraídos por este par de hembras, Claudia, conciente de su propia belleza ostenta garbo al caminar, la exquisita figura que posee derrocha seducción, suscita la atención de quienes la ven, su mirada es provocadora, con Estela al lado son dos monumentos que avivan mí fantasía. Mí mujer propone ir a nuestro departamento, esto genera un momento de duda en Claudia pero rápidamente lo supera al conocer que vivimos en Miraflores y a pocas cuadras de la discoteca, nos enrumbamos, en el camino, a sugerencia de Claudia, compramos una botella de whisky y cigarrillos.

Estela le muestra el departamento e invita a sentarnos en la terraza para tomar un trago, Claudia adquiere mas confianza, expresa su comodidad y pide música mientras se dirige al baño, esperamos conversando, Estela me afirma que es ella quién motivó la atracción de Claudia, yo lo confirmo aceptando que debe asumir la iniciativa para concretar nuestro objetivo , percibo además un excesivo interés de Estela por esta chica. Regresa nuestra casual amiga, toma su vaso e ingiere la mitad de su trago. Le gusta bailar, empieza sola frente a los dos, luego estira su mano e invita a Estela, desde la terraza se observa el mar y un cielo despejado de verano, el piso diez y ocho donde nos encontramos estimula la desinhibición, vemos la ciudad sin que ella se percate de nosotros, podemos demostrar nuestras profundas aspiraciones sin temor a ser espiados, proclamar nuestras intenciones o desahogar sinceros instintos. La brisa nocturna refresca, sentimos el aroma marino que solo reciben los pisos altos de nuestro edificio, Estela y Claudia bailan, juntas menean sus cuerpos, las manos de nuestra visita ajustan la cintura de Estela mientras ella envuelve con sus manos el cuello de Claudia, observo, tomo un sorbo de mi vaso con alguna ansiedad, ambas prosiguen bailando, sus manos recorren sutilmente la espalda, cintura, caderas y brazos de su ocasional pareja, empieza a inflamarse de pasión la terraza, dejo que prosperen sus apetencias, disfruto, percibo la entrega de Estela, como se deja llevar, como se somete ante Claudia, como sus gestos denotan el erotismo que brota de su mente y cuerpo, Claudia asume rol regente, dirige, lleva y seduce, acaricia, domina y mordisquea suavemente el pallar en el oído de Estela, mi mujer se derrite y yo siento mi verga que empuja el “slip” con prepotencia.

Al terminar la canción, de manera recíproca se besan los labios, en forma mutua liberan sus lenguas y por un rato quedan explorándose, sus húmedos apéndices bucales con sutileza o aspereza llenan de pasión el ambiente. Rompo la armonía entre ellas al ofrecer el dormitorio, Estela acepta de inmediato y Claudia accede, nos dirigimos mientras ellas conversan en voz baja, después me entero que mi mujer convence a Claudia atenderme primero para estar luego ellas dos. En el dormitorio Estela toma la iniciativa, ofrece un “strip tease” al alimón, me ordenan recostarme en la cama y presenciar su “show”, utilizo el sistema que permite reducir la intensidad de la iluminación, así queda una tenue luz mientras suena la música, Claudia empieza con movimientos suaves, al ritmo de la melodía llama a Estela y artísticamente desamarra su blusa, hacia atras con los dos brazos la retira, brotan entonces los pechos de mi mujer, hermosos, turgentes y con los pezones duros, Claudia se sorprende por la hermosura de pechos que tiene Estela y los besa con sofisticación, se relaja y deja que mi mujer haga lo mismo con ella, Claudia tiene un top strech que Estela retira suavemente, se revelan dos hermosos senos, grandes como melones, redondos y firmes, el tamaño ocupa todo su tórax, coronan exquisitos pezones rosados, ellas se toman las manos, se atraen, frotan sus pechos unos contra otros entre cariñosos besos que se prodigan en la cara, ya tengo la verga dura, quiere liberarse de su guarida con intenciones penetrantes, ellas se dan cuenta y ríen, siempre al compás de la canción dilatan su “desabille”, equitativamente, con suma tranquilidad empiezan con las otras prendas, Claudia saca la tanga de Estela sin tocar la mini y agachándose, mi mujer le ayuda a levantarse y baja su pantalón, primero saca el botón de la cintura, con los dientes libera el cierre y termina de bajarlo con ambas manos, luego terminan con las prendas pendientes, la mini de Estela sale con facilidad mientras la tanga de Claudia cae con gracia y rapidez, están calatitas, solo con zapatos quedan hermosas, la oscuridad del dormitorio, los tacos, sus figuras y largas cabelleras les dan apariencia de bailarinas o prostitutas de alto vuelo, se miran cambian algunas palabras y se acercan, ingresan reptando por la base de la cama y llegan juntas a mi cintura, desabotonan mi pantalón y lo bajan con estilo y voluptuosidad, solo alcanzo a rozar los senos de Claudia, estoy que no aguanto, retiran mis zapatos y quedo desnudo de la cintura para abajo, sin darles tiempo me quito la camisa, terminamos así todos desnudos, ellas sentadas al pie de la cama y yo recostado sobre la cabecera. Cada una toma un pie, empiezan con caricias, sus besos recorren mis piernas hasta el pene, ambas lo acarician y juguetean con miradas lujuriosas, se acercan besando mis muslos, Estela se mete entre las piernas y besa mi escroto, Claudia comprime el pene mientras besa el glande, baja hasta el escroto donde encuentra la lengua de Estela, Estoy en las nubes, es mas de lo que me imaginé y necesito detenerlas para no eyacular, trato de tomar la iniciativa pero no me dejan, se engolosinan, continúan su faena con pasión y entrega, miro y no lo creo, sus manos suben por mi pecho, pellizcan mis tetillas, se cuelgan de mis hombros y meten sus dedos en mi boca, las dos entran en trance y se agitan sobre mis piernas, me tocan, oprimen el pene, acarician mi pecho recorren con sus dedos mi cara, es demasiado, no aguanto, eyaculo. Con un grito de satisfacción irreconocible para mí desfogo mi arrechura, continúan por un momento, beben el semen que encuentran en su camino y gradualmente se apaciguan, terminan con un beso apasionado entre ellas, luego suben hasta mi rostro, con emoción ambas me besan, tres lenguas se encuentran por primera vez en la noche al terminar esta fascinante relación.

Están ardientes, reposo y observo que continúan, se tocan, besan, regalan cariños, se abrazan y aprietan, mientras Estela besa los pechos de Claudia, esta le recorre la cabellera con sus manos, aprovecho para tocar los senos de Claudia, el tamaño me encanta, los beso con pasión pero ella ni me atiende, está pendiente de Estela y viceversa, mientras ellas se entregan una a otra, mis manos ajustan sus zonas pubicas, un dedo en cada vulva frota sus labios externos para luego penetrarles las vaginas, busco ambos clítoris, ellas se resisten un poco pero luego desisten y empiezan a gozar con mis dedos, las dos están muy excitadas, conforme pasa el momento crece la intensidad de su placer hasta que sienten la proximidad de su orgasmo, lo transmiten con sus gemidos o gritos, pareciera que los sonidos que emiten empareja y coordina un orgasmo juntas, después de un momento el ritmo de movimientos y gemidos crece e inician sus espasmos, las dos se vacean juntas, recibo sus jugos en mis dedos, la arrechura que llevo me incita a chuparme los dedos y saborear sus fluidos, estamos sudando, gozando con extrema sensibilidad, la piel de Claudia esta como “carne de gallina” los pelos de su piel erizados, su rostro enrojecido pero laxado, Estela por su lado recostada en la cama, sus manos estiradas siguen tocando a Claudia que recibe estas muestras de cariño con beneplácito.
Recuerdo el inicio de la tarde cuando la incertidumbre me acompañaba, miro ahora, aún cuando no hubo penetración lo vivido en este momento quedará grabado en mi memoria, además la noche no termina y pueden ocurrir mejores momentos con diferentes peripecias.

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